Cuando recibes un informe de evaluación por competencias… ¿sabes realmente lo que estás mirando? ¿Sabes qué significan esos colores, niveles y combinaciones?
Interpretar correctamente las competencias no es solo leer un resultado: es descubrir el potencial oculto, anticipar bloqueos y abrir puertas al desarrollo estratégico.
Esto marca la diferencia entre contratar a alguien que encaja… y a alguien que transforma.
Entre formar por moda… o formar con impacto.
Entre acompañar un proceso de coaching… o desbloquear posibilidades concretas de evolución profesional.
Empecemos por un principio clave:
No existen puntajes “buenos” o “malos”.
Cada persona es una combinación única de fortalezas y áreas de desarrollo. Interpretar esa combinación, con rigor y comprensión sistémica, es lo que nos permite tomar decisiones informadas.
En un informe, cada competencia aparece con su nivel de desarrollo y un color asociado que facilita la lectura. Pero la interpretación va mucho más allá del color.
Por ejemplo:
Un hiperdesarrollo (nivel excesivamente alto) puede sonar deseable, pero muchas veces entorpece el desempeño. Una persona con exceso de autoliderazgo, por ejemplo, puede caer en rigidez o exceso de exigencia que sabotea su entorno.
Un subdesarrollo no siempre significa carencia. Puede reflejar falta de práctica o un entorno que no favorece su expresión. Las competencias genéricas son innatas, sí, pero también moldeables.
El contexto, la cultura organizacional y el rol que se desempeña influyen directamente en su activación.
Además, las competencias no existen de manera aislada, sino que funcionan como un andamiaje: una estructura dinámica donde unas sostienen a otras.
Comprender este andamiaje es la clave para intervenir con inteligencia.
Tom y Ema enfrentan el mismo desafío: sus equipos no están cumpliendo objetivos y el clima laboral se deteriora.
Tom elige un taller de Team Building para generar motivación.
Ema analiza las brechas de competencias en su equipo y entrega cápsulas personalizadas:
Resultado:
El equipo de Tom vuelve contento… pero el efecto dura poco.
El equipo de Ema empieza a cumplir objetivos de forma sostenible. El ambiente mejora, y en pocos meses se inscriben en un programa de Equipos de Alto Desempeño.
¿Por qué?
Porque Ema entendió que la competencia Trabajo en Equipo requiere una base previa: Comunicación Efectiva, Autoliderazgo, Gestión del Tiempo y Diversidad.
No se trata de trabajar solo “la competencia visible”, sino su estructura de soporte.
Esta lógica de andamiaje:
Y lo mejor: puede aprenderse.
De hecho, es uno de los focos más valiosos de nuestra Certificación en Gestión por Competencias: enseñarte a leer, comprender y aplicar informes con mirada estratégica.
Cuando aprendes a interpretar competencias con profundidad, adquieres una ventaja crítica como profesional de RRHH, coach o consultor/a.
No solo ves lo que está en el informe.
Ves lo que puede llegar a ser una persona o equipo.
Y esto se traduce en beneficios concretos:
Para las personas:
Para las organizaciones:
La interpretación adecuada de competencias no es un arte subjetivo.
Es una habilidad técnica, que se puede aprender, practicar y perfeccionar.
Y esa es precisamente una de las promesas de valor de nuestra Certificación en Competencias de Commentz: ayudarte a desarrollar una mirada sistémica, profesional y estratégica que transforma la forma en que gestionas el talento.
En Commentz llevamos años ayudando a personas y organizaciones a descubrir, desarrollar y alinear sus competencias. Por eso diseñamos nuestra certificación con un enfoque técnico, profundo y práctico, basado en evidencias, y sustentado en modelos probados.
Porque cuando se comprenden bien las competencias, dejan de ser una palabra de moda, para convertirse en una herramienta poderosa de transformación.